Celso Currás Fernández
PARA MANTENER VIVA NUESTRA LENGUA Y NUESTRAS TRADICIONES EN BUENOS AIRES
Siempre me sentí muy orgulloso de ser gallego y de vivir como tal; acabé comprendiendo el concepto del sentir galego cuando, con motivo de estrechar lazos entre las universidades y centros argentinos con la Xunta de Galicia, tuve la ocasión de visitar el país austral, donde la dimensión de lo gallego abarca márgenes tan amplias que comprende y define todo lo español. Guardaré un grato recuerdo de los viajes y de la calidez y hospitalidad con la que nos acogieron nuestros paisanos. De la misma manera, me complació comprobar que los gallegos en Argentina poseen una identidad étnica regional muy arraigada y constaté como se fueron consolidando las más de 35 comunidades gallegas en ese país, entre las que cabe destacar los trabajos del Centro Galicia de Buenos Aires y el de la Fundación Galicia-América, que con su encomiable trabajo y estructura organizativa establecieron con éxito sus relaciones con la sociedad receptora y con la propia Galicia.
Los centros gallegos fueron, en principio, lugares de encuentro, foros sociales que propiciaron la difusión de las tradiciones y la permanencia de las costumbres gallegas en Argentina; gracias a ellos permanecen nuestros hábitos, nuestra memoria y forma de ver la vida. El gallego está en todas las partes del mundo, trabaja, lucha y arriesga. Hoy la necesidad de conservar las raíces y las tradiciones pasa por el uso y la defensa , que tanto apoyamos, de la lengua madre, la lengua gallega. De hecho, cada vez nos demandan más cursos de gallego en Argentina, y es por tanto plausible la iniciativa que tuvo el Centro Galicia en Buenos Aires de emprender la labor de creación del Colegio Santiago Apóstol medida canalizada a través da Fundación Galicia-América y acogida de buen grado por la Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Educación, e Ordenación Universitaria y de la Consellería de Cultura, Comunicación Social e Turismo.
Nos encontramos delante de un colegio que será el pionero para relanzar iniciativas semejantes o parejas. Se trata de ayudar a preservar la actitud de los gallegos en Buenos Aires y que sus descendientes puedan tener una enseñanza, en la que además del currículo de un colegio argentino convencional, dispongan de las materias que les permitan estar en contacto con la realidad y la cultura gallega. Con ese motivo nace, en la ciudad bonaerense, el Colegio Santiago Apóstol. La Consellería de Educación e Ordenación Universitaria de laXunta de Galicia, hizo un gran esfuerzo para su equipamiento y puesta en marcha y damos por bien empleada la inversión destinada al fortalecimiento de la cultura, la enseñanza y la formación de las futuras generaciones.
La intención que desde Galicia tenemos para sus hombres y mujeres emigrados es que nunca dejen de sentirse recordados y atendidos por su tierra de origen. Por eso, el objetivo es que las medidas aprobadas desde aquí tengan siempre una dimensión universalista, intentando establecer una unión efectiva entre todos nosotros para que esa unión permanezca.
Deseamos, desde Galicia -desde la Terra Nai– un largo recorrido de éxitos para la Fundación Galicia-América y expresamos en la lengua propia nuestro agradecimiento por permitirnos, a través de esta publicación, acercar hasta aquí un cachito de Argentina, un trozo de Galicia.
CELSO CURRÁS FERNÁNDEZ
Consejero de Educación y Ordenación Universitaria de la Xunta de Galicia